“LA ESPOSA DE MI AMANTE” ESTO LE PUEDE PASAR A TU RELACIÓN ¡LÉELO!
Una relación de pareja es una de las experiencias más gratificantes y hermosas que puede tener una persona, pero muchas veces esta experiencia puede ser dolorosa si la pareja no sabe enfrentar sus problemas y diferencias, lo que puede terminar llevándolos a la infidelidad, pero ¿Qué pasa cuando una pareja pasa por un proceso de infidelidad?
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Vale destacar que una buena relación de pareja no es aquella que nunca tiene problemas, es la que sabe manejar sus conflictos y permite que se vayan suscitando, en pareja se comparte mucho tiempo e intimidad, lo que en el transcurso ayuda a los miembros de la pareja a crecer como personas, gracias a esos momentos buenos y malos. Por esta y muchas más razones la pareja puede ser quien mejor nos conoce y más influencia tenga en nuestra vida.
En una pareja puede surgir diversos problemas de origen interno como problemas de comunicación, sexuales o infidelidad, pero también existen otros de origen externo a ella como la menopausia en la mujer, la jubilación, frustraciones personales, aumento de responsabilidades u horarios de trabajo de uno de los miembros de la pareja, problemas o enfermedades en la familia de origen o en la política, pero ¿Cuál es la mejor manera de afrontar estos problemas?
¿Cómo enfrentar la infidelidad?
Cada persona tiene su forma de ser, sus valores, forma de pensar, experiencias y aprendizajes previos, expectativas, pero cuando se vive en pareja muchos de estos factores no coinciden con la pareja, por lo que se debe buscar la mejor manera para adecuarse y adaptarse, y de esta manera tener una sana convivencia, pero muchas veces al no manejarse bien las diferencias y problemas surge el desgaste de la pareja pudiendo ocasionar que uno de sus miembros en una búsqueda de soluciones a sus problemas, incurra en una relación con una tercera persona.
Recientemente una carta de una mujer que fue parte de un triángulo amoroso donde ella era la amante, decidió escribirle una carta a la esposa del hombre que amaba, la carta fue tan contundente que se volvió viral en pocas horas. A continuación te dejaremos un extracto de la misma, la cual te puede ayudar a reflexionar sobre el cómo enfrentar este tipo de problemas.
“Durante muchos años fui amante de un hombre, se llamaba José, su esposa se llamaba Carla, y yo Ana…cada vez que nos encontrábamos le pedía a José que ya dejara a su esposa de una vez, ya quera hora que me convirtiera en una Señora también…
José siempre me decía que no podía dejarla aun porque con los hijos (tenía dos: una niña de 7 años y un niño de 2 años) era imposible dejarla. Siempre le preguntaba a José si aún amaba a su esposa, el respondía: desde que vinieron los niños ya nada es igual, ella se engordó, no se cuida, anda muy nerviosa, ya no hay amor entre los dos, casi no tenemos sexo, es muy cansador vivir en ese ambiente.
Cansada de sus excusas, decidí hacer algo al respecto, y me hice amiga de la esposa de mi amante, contacte con ella en un comercial, le saludé y admiré a sus niños, les invité a tomar helado y así iniciamos una amistad… a José no le gustó, pero no podía decir nada, es que yo era su amante… iba a ser espantoso que yo contara eso en su hogar, y dejarme a mí, tampoco le convenía…
De mi relación con José no me quejo, me llena de regalos, me dio una tarjeta de crédito que la uso a mi antojo, paga mi departamento y me dijo que fin de año que regalaría un coche… pero, hay veces que me siento sola y ya es hora de convertirme en Señora. Un día, Carla me invitó a cenar, era el cumpleaños de su hijo, era la primera vez que iba a pisar el hogar de mi amante, nerviosa pero curiosa acepté. Fui a su casa un poco más temprano para ayudarla con la cena “WOH SORPRESA”, fue la situación más difícil que encontré en mi vida, me di cuenta que mi amante era un mentiroso.
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La pobre mujer duerme poco, no come a hora: trabaja, es mamá, es esposa; no tiene ropas de moda: es que sus hijos y su esposo son quienes visten a la moda y ella me dijo: “mira, te presento mi hogar, este hogar feliz que estoy formando…”… Ella es feliz, el infeliz es José que no la ayuda.
Me di cuenta que yo esa vida no la llevaría todavía, no sería capaz de ser una Señora, es muy grande esa palabra para mí, no estaba preparada, y todo el amor que le tenía a José, esa noche murió…
Murió mi amor por José porque vi que tenía una esposa completa, pero su esposa no tenía un hombre completo, un hombre que la respete, un hombre que la valore un hombre que la ame, ese hombre no tenía Carla, y por lo tanto ese hombre tampoco iba a tener yo…”